CAPÍTULO I: La misión espiritual de la Tierra
CAPÍTULO I: La misión espiritual de la Tierra
En las Leyes Divinas reina el mas absoluto y perfecto orden. Todo sigue las Leyes Inmutables y perfectas y nada es creado por casualidad. Admitir la existencia de la casualidad es ignorar la Potencialidad Divina. Así cada planeta tiene su misión espiritual. Y esa misión varía según los propósitos a que se destina a los seres que irán a habitarlo.
Hablemos de la Tierra, tal como la conocéis es un planeta en fase de transición. Su conformación geológica aun no está completamente definida, lo que significa que este planeta aun no alcanzó sus objetivos finales.
Muchas cosas deberán suceder con la Tierra en décadas venideras: acomodaciones de estratos geológicos, erupciones volcánicas, grandes trastornos marítimos. Pero todo esto, lejos de tener un aspecto trágico y catastrófico no es sino una marcha evolutiva del Planeta.
Paralelamente al desenvolvimiento del Planeta está el desenvolvimiento del hombre. Así la Tierra y los hombres que en ella habitan, se encuentran en un momento de transición muy importante.
Toda la naturaleza es cíclica. En el transcurrir del movimiento terrestre tenemos el día y la noche. En el transcurrir de la existencia humana tenemos el nacimiento, crecimiento y la vejez. Y como el micro y el macro se confunden y aun el hombre es la medida del universo. Esto mismo ocurre con los planetas.
La Tierra va a pasar ahora de la fase de la juventud para la fase de la madurez propiamente dicha y finalmente entrar en aquella etapa de cumplimiento de sus designios. Y para eso, todo está en transición. La Tierra deberá recibir en su seno, como un matrimonio cósmico, seres de mejor envergadura espiritual.
Pasada esa fase de infancia del planeta en que también tuvimos una humanidad infantil, tendremos una fase de madurez planetaria con la presencia de una humanidad mas evolutiva espiritualmente.
Es sabido por todos que en breve veremos el alumbrar de una Nueva Era y que la humanidad pasar por transformaciones profundas. Y para que eso sea posible, necesario se hace que exista una separación del material utilizable con aquel que no es útil.
No estamos hablando de favoritismos, estamos hablando de conquistas individuales. La humanidad, cual criatura, fue enseñada un número infinito de veces, a seguir ciertos principios fundamentales de conducta. Principios esos que si fueran seguidos, les conducirían a una vida mas plena y feliz. Así mismo, titubeante, esa humanidad salvo raras excepciones, no logró el éxito esperado, viniendo a caer en un vicioso automatismo de acción y reacción, sin real adquisición de valores espirituales. Ahora, así mismo, es hora de evaluación. Y en esta evaluación, tendremos por tanto una medida de justicia del Padre amantísimo y no un proteccionismo que no cabe en una Fuerza Soberana justa y buena .
Con todo, aunque esa selección sea natural y consecuencia de conquistas individuales, se hace necesario, y ahí una vez mas el Padre Amantísimo rebela su Suprema Bondad, es necesario que, mismo en las últimas horas, todos tengan la misma oportunidad de aprender y mejorarse.
El Padre no quiere que sus hijos se pierdan, pero que se encuentren dentro de la Ley Eterna. Y no negaría la palabra salvadora a cualquiera de sus hijos.
Por tanto, las enseñanzas para el Tercer Milenio, como un sol espiritual, deberán ser distribuidos a todos. Y nuestra intención, es pues traer a ustedes, en la medida de las posibilidades, algunas de estas orientaciones básicas destinadas a guiarlos para una vida mas plena y felíz. Si en contacto con las Verdades Divinas, fueran asimilando estas enseñanzas, sentiréis queridos hermanos, aquello que será la realidad del futuro: la fuerza primera y fundamental es el Amor, vamos pues a iniciar por el concepto de Amor.
Imposibilidad de continuar escribiendo
por incapacidad vibratoria, pretendemos
continuar nuestro mensaje en una próxima
ocasión.
Que la paz del Tercer Milenio vibre sobre todos ustedes, mis hermanos.
Sirius
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