Capítulo IV: La Integración entre el Hombre y la Naturaleza.
Capítulo IV: La Integración entre el Hombre y la Naturaleza.
El hombre actual vive completamente distante de la naturaleza, pues la vida moderna y principalmente los grandes centros urbanos, lo alejaron completamente de convivir con esa poderosa fuente de energía que es la naturaleza.
La Ley es de una sabiduría que nuestra capacidad mental está muy lejos de alcanzar y ella prevee un equilibro total de fuerzas. Al hombre le fue dado el poder de domar esa naturaleza, que en una primera etapa de desenvolvimiento le pareció hostil. Además, gracias al avance tecnológico, el hombre pasó a dominar mas y más la naturaleza, transformándola en un instrumento dócil en sus manos. Si el esquema parase ahí, todo estaría perfectamente bien. El hombre de vencido y amedrentado delante de la naturaleza que le pareció hostil, pasó a vencedor y especialmente depredador.
Cuando en la historia del planeta, el hombre dejó de temer la naturaleza para dominarla, estabamos dentro de las Leyes; por eso a partir del momento que el hombre pasó a depredar, él se colocó en contra de la Ley, al margen y como tal, sujeto a las sanciones que sufren todos aquellos que ofrecen resistencia a los Planos Divinos.
El hombre, en su ansia desesperada de poseer, de tener, de acumular, pasó a usar la naturaleza de una forma brutal y depredadora. Con esto, muchos árboles desaparecieron simplemente porque la madera pasó a ser valiosa. Muchas especies vegetales también fueron extinguiéndose debido a la ganancia del hombre en beneficiarse, en tener lucro.
Los pinos fueron abatidos. Y florestas fueran arrasadas.
El hombre fue depredando hasta llegar al absurdo de las grandes metrópolis donde existen kilómetros y kilómetros de construcciones, sin la menor presencia del verde, sin el mas leve toque gracioso de la naturaleza. Una floresta lúgubre de piedra.
Continuando en su marcha depredadora, el hombre contaminó los mares, contaminó las aguas, contaminó el aire. Como resultado de todo eso tuvimos la devastación, en muchos trechos irrecuperables, de extensas áreas verdes que servían como factor de equilibrio en la naturaleza.
Así, en ese cuadro desolador que presenciamos, el hombre destruyó los elementos que eran los factores de su propio equilibrio y salud.
Como consecuencia de esa depredación de la naturaleza y aumento asustador de los conglomerados urbanos, el resultado no se hizo esperar, neurosis, crímenes, violencias, degeneración de los valores morales.
Tal vez los hermanos no entiendan de inmediato la correlación entre la naturaleza y degeneración de las costumbres, por eso queremos afirmar que esa decadencia de costumbres que presenciáis, está directamente ligada a la depredación de nuestra naturaleza.
Lo que el hombre en su egoísmo enfermo ignora, es que el contacto con la naturaleza servía como elemento catalizador de energía y como medio de equilibrio, al entrar en contacto con el sol, por ejemplo, este sirve como elemento bactericida, que destruye gran cantidad de gérmenes, tanto en el plano material como en el llamado periespíritu. Asi, un domingo en contacto con el sol, al aire libre, es un gran factor de equilibrio orgánico pues además del elemento que nos trae vitalidad, sirve también de vehículo de las energías espirituales que son absorbidas por nuestros vehículos mas sutiles.
El agua también es otro elemento purificador. Residuos periespirituales son purificados a través de la hidroterapia. El agua, como sabéis, es un elemento que canaliza fluidos con bastante facilidad. Un baño de cascada o de río, servía al hombre como fuente de descarga de energías negativas. Mucha de la sensualidad humana podría ser perfectamente canalizada por la hidroterapia, desde que supiesen aprovechar los cursos de los ríos, las cascadas y otras fuentes de aguas limpias.
¡Veis pues, que manantial maravilloso es la naturaleza!.
El sol canalizando elementos vitales y poderoso bactericida físico y espiritual. El agua canalizando energía negativas.
La tierra, a su vez, nos proporciona magnetismo y si supiésemos aprovechar ese manantial, también mucho obtendríamos para el equilibrio emocional.
Si en los momentos de ocio, al contrario de quedar horas y a veces días enteros, encerrados dentro de esa selva pétrea, volvieras a aprender el hábito de tener contacto con la naturaleza, muchas de las enfermedades de origen nervioso, simplemente desaparecerían.
Un fin de semana agradable en el campo, en la playa o entre las montañas y muchos de vosotros gozareis de salud mas plena y vida mas feliz.
Sin embargo, en la búsqueda desesperada de ganar, competir, acumular tesoros, el hombre destruye ese precioso tesoro que es la naturaleza. Queremos resaltar, hermanos, que no estamos hablando del aspecto poético de la naturaleza, estamos hablando del aspecto científico.
Es necesario que vosotros os eduquéis en vuestros hábitos volviendo a la naturaleza. Sabemos que los ríos están contaminados, que se torna difícil el acceso a las areas verdes, con todo es necesario ese esfuerzo, pues precisáis mas que nunca, volver a ese contacto con ella que es un factor de equilibrio emocional y espiritual.
Si no hay posibilidades de contacto con una gran floresta, basta un parque o incluso un jardín. Lo que importa es que volváis a sentir la importancia de la naturaleza.
Todo en la naturaleza tiene vida y sigue el orden natural de los hechos. Por lo tanto, si desenvolvieseis un amor por la naturaleza, tendríais como resultado un maravilloso intercambio de energías que resultará un beneficio inapreciable para su salud.
Otra característica importante para esa nueva era, es pues el amor por la naturaleza. Todo aquel que no sepa apreciar la verdadera poesía y belleza encerrada en el misterio de una flor, no esta en condiciones de entender la vida en esta nueva etapa. Lo que vendrá en breve es exactamente el final de todos los valores materiales y el resurgir de los valores espirituales. Y entre estos valores está justamente la naturaleza.
La medicina, en un futuro próximo, pasará por una profunda transformación y se utilizaran mas los recursos de la flora terrestre. Desaparecerán los remedios sintéticos, que son en su mayoría un crimen contra la naturaleza humana. Y la utilización de la yerbas ya es la aplicación del principio de equilibrio. En nuestra composición orgánica, somos frutos de la naturaleza y no seres sintéticos. Por tanto, parece bastante obvio que lo que deben curar realmente nuestros cuerpos son otros cuerpos vegetales y minerales en cuya composición entran los mismos elementos de que somos formados. Y los productos sintéticos deberán desaparecer para dar lugar a esa medicina basada en la propiedad terapéutica de esa reserva infinita e ilimitada que es la naturaleza.
La naturaleza tendrá un papel bastante importante en el advenimiento de la nueva era. Es gracias a ella que podremos curar muchos males y volver al equilibrio emocional. Y la receta para eso es pues, reeducarnos para la vida y el contacto con ella. Aprendamos desde ya, a apreciar mejor esa naturaleza que nos rodea o lo que resta de ella. Es a través de ese contacto que podreis ir desenvolviendo una mayor intuición de la Presencia Divina. La naturaleza es aún una fuente de respuestas para muchos de nuestros problemas más angustiantes.
La vida nos devuelve todo aquello que hicimos. Así el hombre, creyéndose el señor de la vida, depredó la naturaleza y como consecuencia se tornó cada vez más neurótico y agresivo. Y ese distanciamiento de la naturaleza está trayendo al hombre pérdidas bastante lamentables. Queremos una vez mas repetir, que todo esto que explicamos, no es por romanticismo o por motivos meramente poéticos. Sabemos que la naturaleza es bella, sin duda alguna. Sabemos también que ella es la manifestación visible del Creador. Pero lo que está importando, en esta explicación, es mucho mas aún, algo mas profundo: el aspecto profiláctico y saludar la naturaleza en el equilibrio de vuestros cuerpos físicos y en vuestro psiquismo.
Un niño criado sin contacto con la naturaleza, será un niño fatalmente agresivo y violento, pues le faltará ese contacto amigable con la naturaleza y sus energías, que en constante intercambio, descarga nuestras energías negativas y nos devuelve magnetismo, energías eléctricas y regeneradoras.
Procuren pues hermanos, volver a tener contacto con la naturaleza, mediten en contacto con los árboles, busquen el silencio de un parque o mismo las flores de un pequeño jardín, pero busquen ese contacto y veréis que una energía restauradora brota de dentro de cada uno de nosotros pues el Padre, Sapientísimo, coloca todas esa cosas a nuestra disposición para que crezcamos sanos y felices.
Es necesario pues perder ese instinto depredador que caracteriza al hombre. Vamos a unir nuestras energías con las demás fuentes de energías existentes en este Planeta. Y la naturaleza es, sin duda, una maravillosa fuente de energías que podrá y deberá ser usada mas intensamente en un futuro breve.
Cuando el hombre finalmente comprenda que todo en el Universo es Uno, muchos de sus dolores desaparecerán pues el aprender a colocarse al lado de la Ley, cooperar con ella y no en una actitud hostíl y violenta, depredando su propia casa.
Que las luces del Tercer Milenio
se derramen sobre todos Uds.
y que las fuerzas de la naturaleza
les llenen de salud, paz y amor.
Cariñosamente
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