Capítulo XII: Los tiempos han llegado, una alerta para la humanidad.
Capítulo XII: Los tiempos han llegado, una alerta para la humanidad.
“Bienaventurados los mansos y los humildes pues ellos heredarán la tierra”. Y esa divina herencia no tardará en ser entregada a sus legítimos dueños, porque como previese de manera un tanto diversa de otros mundos, trae en su vientre una masa extremadamente heterogénea de seres, fruto de una experiencia evolutiva, aunque bajo total control, cuando se enviaron aquí los recalcitrantes de la constelación de Capela, los disidentes de Marte y de otros sistemas como ocasión de sucesivas situaciones ocurridas en esos lugares, llevando a cabo la separación de la mies con el trigo.
La tierra los recibió generosamente. Capelinos, marcianos, venusianos, (estos últimos con finalidades directivas), se confundieron y se mezclaron con los genuinos de la tierra, siendo difícil la distinción. Cada uno traía, en su subconsciente periespiritual, profundas heridas y fallas de carácter para ser corregidas. Cuando se contacto con la experiencia dura que la tierra ofrecía en ese momento. Se formaron grupos, se conquistó la tierra, dominando lentamente la naturaleza y las imperfecciones morales también tuvieron que ser trabajadas justamente con la aspereza del habitat. Trayendo una inteligencia latente, reminiscencias de sus orbes de origen, los exiliados poco a poco, fueron construyendo la cultura, la civilización, fueron estructurando la nueva morada que a pesar de ser dura, era fácilmente conducida por las manos hábiles de sus conquistadores.
Cuando la humanidad parecía estar en condiciones de recibir un nuevo mensaje, el Divino Maestro Jesús, Director Espiritual del Planeta surge en el escenario terrestre, trayendo la Ley del amor, representada por el perdón de las ofensas, la no resistencia al mal y por el auto-sacrificio.
Y el ojo por ojo, justicia sangrienta, es sustituida por el perdón a las ofensas. Si alguien te hace daño en un lado de la cara, ofrécele la otra mejilla, dijo el Maestro. Y al que te hubiese tirado la capa, ofrécele también la túnica. El advierte sobre el Reino de los cielos, hablando de la renovación interior. Es algo que El promete como consolación.
Y el espíritu de la verdad, representado por una serie de espíritus siderales, consolidan la doctrina, con la codificación del espiritísmo. Se rasgan los velos de los misterios. Las parábolas del divino Maestro adquieren ahora su significado profundo que los rudos pescadores no podían entender. “Quién tenga oídos para oír que oiga, quién tenga ojos para ver que vea”, dijo el Maestro Jesús pues no podía anticipara el entendimiento de la verdad para almas aún no preparadas para una visión mas profunda de la realidad espiritual. El bien lo sabía.
El Maestro habló con parábolas. Dejó que el entendimiento de cada uno captase la verdad según su capacidad de penetrarla en sus aspectos más profundos o en los mas exteriores y superficiales. El sabía que dias vendrían en que las enseñanzas irían a ganar nuevas dimensiones, nuevas llaves interpretativas, imposibles de ser aclaradas sin el conocimiento de la existencia del periespíritu, de la comunicación con los muertos, de las Leyes de la palingenesia. Y el Consolador, a través de la codificación de Kardec, trajo al mundo la llave de interpretación mas profunda de las enseñanzas del Maestro. Se cumplía lo prometido, la doctrina espiritual aparece entonces para aclara, dar luz y nuevos rumbos a las almas cansadas del dolor, del sufrimiento y de las desilusiones.
El divino Maestro hablaba para los humildes, los afligidos, los desheredados de la suerte, los mutilados del cuerpo y del alma. También la Tercera Revelación se dirige a los que sufren, a los que mas alegan ignorancia, pues les fue enseñado que solamente perdonando se es perdonado, amando se es amado, comprendiendo se es comprendido. Que tendremos en la medida que damos, y con la medida que medimos, seremos medidos. La fe afecta su naturalidad, los dioses airados y vengativos del Olimpo, juntamente con el no menos airado Jehova, parciales defensores de un pueblo elegido en perjuicio de todos los demás, son sustituidos por un Padre Misericordioso y Justo. Y el divino Maestro nos habla de la generosidad, omnisciencia y omnipotencia del Padre.
La bondad Infinita del Padre, viene magistralmente descrita por Jesús en los evangelios:
“Mirad a las aves del cielo que no plantan, ni podan, ni guardan en los graneros y nuestro Padre Celestial las alimenta. ¿No tendréis mucho mas valor que ellas?”.
“Mirad a los lirios del campo, como ellos crecen, no trabajan, ni fian; y yo les digo que ni el mismo Salomón en toda su gloria se vistió con cualquira de ellos.”
“Pues si Dios viste la yerba del campo que hoy existe y mañana se destruye, ¿no vestirá a Uds. hombres de poca fé?. Vuestro padre Celestial bien sabe que necesitáis de todas las cosas.” (Mateo 6,26-32).
Y el espiritismo, completando la obra del Maestro, nos habla de Dios dentro de nosotros mismos pues hechos a la imagen y semejanza del Padre, somos los constructores de nuestro propio destino.
La religión, la re-ligación con Dios afecta la madurez.
Pero había aún mucho que limar aristas y esa tarea se fue realizando, ininterrumpidamente durante mas de un siglo, desde el lanzamiento de el libro de los espíritus.
Una pléyade de espíritus luminosos, desde entonces infatigablemente han aclarado todos los puntos oscuros de la Doctrina, han lanzado luz sobre todas las cuestiones evangélicas, aclarando las enseñanzas del Maestro para que todos pudiésemos entender el sentido profundo de su mensaje cósmico. Y esa misión ha sido fielmente cumplida por los espíritus. Es llegado el momento de la madurez espiritual de la doctrina. Mucho será pedido a quién mucho le fue dado. La humanidad recibió enseñanzas a manos llenas. Imposible alegar ignorancia y desconocimiento, a no ser por negligencia, pereza, orgullo o mala voluntad. Y porque no decir, por terquedad. Quiere la Ley y la Ley se cumple siempre, que a todos fuesen dadas iguales oportunidades de conocimiento. De ahí el espiritismo traiga la luz mediana del día, todos los misterios encerrados en las escuelas iniciáticas. No sería de justicia que apenas iniciados, algunas decenas de elegidos, tuviesen acceso a las verdades mas profundas de la vida. Derramando las bendiciones del Parácleto al mundo, el espiritismo descorrió los velos de los misterios.
Nota del médium: Las citas del Evangelio de Mateo (6,26-32), no fueron dictadas directamente como el resto del texto. Recibí orientación para que consultase la Biblia y yo mismo buscase los versículos y los reprodujese, a título de ilustración de lo que ellos decían.
Y los muertos hablaron. El silencio secular del sepulcro fue finalmente roto. Los muertos hablaron con suficiencia, lucidez, secuencia lógica, que nada tenía de fantasmagórico e irreal. De la vida existente mas allá de las fronteras de la nuerte. Los muertos desde la codificación, no pararon de hablar, de aclarar aspectos de la vida post-mortem, estableciendo un intercambio contínuo, ininterrumpido, para que el hombre preso a la materia, le fuese dada la posibilidad de entender los dos mundos, el físico y el extra-físico. Y en ese siglo y medio de comunicación e intercambio, se alineó delante del hombre sorprendido, toda la panorámica post-mortem.
Se cumplió en él integralmente la Ley. Con el conocimiento de todos esos secretos, crecía la responsabilidad del hombre, que andaba paso a paso hacia un momento decisivo de su vida, aceptar la reforma íntima y el trabajo regenerativo o colocarse a merced de la Ley.
Ahí está el alerta para la humanidad. Los tiempos han llegado. En el Apocalipsis de Juan, se preveía que después de una prisión de mil años, Satanás sería soltado, por poco tiempo, pero era conveniente que él se soltara. En esos finales de los tiempos, el Satanás bíblico no es una bestia con cuernos, rabo y cuerpo caprino; es ante el sexo desenfrenado, el uso de drogas y alucinógenos, los alcoholes, la violencia, la ganancia, el individualismo, el egoísmo desmedido. Y a todo esto se suma el ataque planeado de las sombras, seduciendo a los incautos, arrastrando a los débiles, encadenando a los no vigilantes.
La humanidad camina a grandes pasos hacia su destino. Como el sembrar es libre pero la cosecha es obligatoria, estaremos en breve, conociendo los frutos que sembramos en los tribunales de justicia de la naturaleza, según lo cual a cada uno le será dado conforme sus obras. El Séptimo Sello fue abierto.
Las grutas y cavernas, los lugares tenebrosos, ya están recibiendo el soplo saludando a las Luces de la Nueva Era. Y los espíritus recalcitrantes que por ahí demoran, están siendo traídos al convivir de la humanidad para una última tentativa de regeneración, antes de ser lanzados, caso de no aceptar esa renovación, para la gran noche que representará la expulsión de los rebeldes y recalcitrantes.
“El Señor vendrá de los cielos,
a juzgar a los vivos y a los muertos”
Con esa afirmación, estamos delante de la realidad del momento. El juicio. Durante siglos, tuvimos como tribunal de justicias, apenas a la propia conciencia. Nada mas allá de ella, nos juzgó; las Leyes espirituales apenas se cumplieron, la Ley de retorno se cumplió dentro de los principios palingenésicos. Nuestra conciencia se despierta con el Evangelio del Maestro, iluminada por la codificación de kardek, incitada por la Ley de acción y reacción, nos ha impulsado para una acensión espiritual. Así mismo, a pesar de todos esos recursos utilizados por la evolución, nuestro progreso moral ha sido relativamente pequeño y muy pocas de las expectativas, si consideramos el número de vidas que ya tuvimos. Fuímos sometidos, a través de reglas, a simples automatismos, meros choques de retorno y muy raramente hemos tenido acciones conscientes.
Hemos sido, durante el desarrollo de los siglos, infractores de la Ley, jamás cooperadores. Y si hubiésemos espontáneamente aprendido a cooperar con la Ley, mucho ganaríamos, pues nuestra evolución se daría de forma mas rápida y principalmente de manera indolora. Así mismo, preferimos gracias a nuestra proverbial terquedad, seguir la vía mas lenta y dolorosa. Como siempre existió la Ley y es de Ley que haya el libre albedrío, nuestra decisión es respetada. Cada cuál ha tenido la libertad para optar por el camino que mejor le parezca. Es raro lo que escogen, el camino de la resignación a la Ley, la actitud de cooperadores con el gran Plan Evolutivo, oculto a través de los grandes dolores y tragedias que asolan a la humanidad, en forma de rectificación.
Forjando nuestro propio destino, nuestras vidas sucesivas han sido un desencarnar de fracaso, una secuencia trágica de locuras, en las cuales, queriendo tal vez imitar al Creador, nos ponemos por encima de las contingencias y cometemos escalabros que terminan por comprometer seriamente nuestro equilibrio espiritual. Y la Ley, siempre magnánima y justa, ha permitido al hombre crear para para sí mismo el lecho de dolor en el cuál deberá echarse mas tarde, cuando del volviendo de retorno a las márgenes terrestres.
Está llegando el momento en que la Ley deberá intervenir como medida de profilaxis espiritual, para el beneficio de la propia humanidad, la Ley espiritual deberá intervenir y proceder en una selección espiritual, a través de la expulsión.
Y es el momento de renovación interior, del cambio de ruta, de modificaciones drásticas para que podamos ser aquellos que quedarán a la derecha del Cristo.
Importante es hermanos, no olvidarnos que si en estas horas decisivas, las fuerzas de la sombra actúan en el sentido de alcanzarles con sus redes, también la espiritualidad superior está trabajando para redimir a aquellos que están dispuestos a aceptar al Cristo en sus corazones, inagurando una nueva fase en sus vidas, donde haya mas amor y comprensión. Es necesario que estemos predispuestos a aceptar esa renovación. Que estemos preparados para aceptar al Cristo, aceptar la renovación de las costumbre, dentro de una línea de mayor simlicidad, de mayor desprendimiento, de una vida sin los desequilibrios del sexo, sin la obsesión del consumo, sin la carrera egocéntrica por el acumular, tener, poseer, en perjuicio del hermano que muere por falta de recursos.
El exceso de mas en nuestras mesas, es lo esencial que falta en la mesa del prójimo. Las ropas que acumulamos en los armarios, sirve en el cuerpo desnudo de nuestro hermano. Las propiedades que tenemos y no podemos casi disfrutar, ayuda en la falta de casa del prójimo. Nunca la ganancia alcanzó un nivel tan sórdido, como en éste siglo de grandezas y miserias.
Pedimos al Padre que bendiga a todos Uds., en esta hora apocalíptica que estamos pasando. Que cada uno pueda aprovechar la oportunidad que el momento presenta. Cada paso dado en dirección a la renovación interior, significa un enorme ahorro de tiempo en el plano evolutivo. La Ley no quiere castigar, pero si educar. Y cada uno aprende de la manera que mejor le parezca, por el Amor o por el dolor.
Que las luces del tercer milenio
Se derramen sobre todos Uds.
Sirius.
Gino
Psícografiado el 20.09.1983
Inicio 21.00 horas
Fin 22.00 horas
Es importante anotar que hablando de expulsión, se tiene la errada noción de que la Ley se venga de los delincuentes e infractores, en un proceso sádico de venganza contra aquellos que se negaron a obedecer las Leyes y principio evangélicos. Nada más falso que esa idea. La expulsión que se procesará, con el juicio de los vivos y de los muertos, nada mas es una selección natural de las especies, por el criterio de sobrevivencia, en este mundo, para permanecer aquí los más aptos.
Cuando se lanzan semillas al suelo, se dá a todas ellas en iguales condiciones de luz, fertilizantes, etc. Cuando estas germinan, son transplantadas para otros lugares las que tienen mas condiciones de desenvolverse y las más débiles son dejadas de lado. El mismo criterio estará siendo adoptado en este último cuarto de siglo. A todos les fueron dadas iguales oportunidades de desarrollarse espiritual y moralmente. A todos les han sido pasadas las enseñanzas a manos llenas. Por otro lado, pocos han aprovechado realmente ese maravilloso manantial de enseñanzas, confirmando las proféticas palabras del maestro en las parábolas del banquete, donde “muchos son los llamados, pero pocos los escogidos”. Pocos los que podrán vestir las ropas blancas exigibles para el banquete celestial. Así también, con la germinación de esas semillas, aunque dando iguales condiciones a todas, ni todas han germinado como podría esperarse, en las condiciones que El Divino Jardinero les ofrece. Y así como las semillas no germinadas y los brotes raquíticos son lanzados fuera, también es llegado el momento de la averiguación de las enseñanzas que germinaron en el corazón de los hombres y están dando frutos. Mas una vez el Maestro nos advirtió de la necesidad de fructificarnos. Hablando de la higuera que no fructificaba y que fue cortada y lanzada fuera, quería El simbolizar nuestra conducta frente a los evangelios y las Leyes.
En la naturaleza todo es lento y todo tiene una utilidad, así como una razón para existir. Nosotros en la ignorancia de la grandiosidad del esquema evolutivo, no conseguimos captar la secuencia lógica de los hechos. De ahí que consideremos como superfluo aspectos que están íntimamente ligados al todo. Lo mismo sucede al hombre. Y si después, de tanto conocimiento y oportunidades, él continúa reticente a la evolución, impermeable a las exhortaciones superiores, cerrado para cualquier renovación interior, deja a la Ley apenas un recurso extremo, el recurso del choque.
Con este recurso queremos decir que el choque resultante de la primitividad de las futuras nuevas moradas, el hombre probablemente podrá despertar para la dolorosa realidad de paria, no porque el Padre lo desheredó, pero antes por la propia falta de cuidado y terquedad.
Ese juicio ya se está realizando paulatinamente. Muchos seres han sido traídos casi bajo coacción, para recibir el soplo saludable de la renovación. Los duros, los empedernidos, los recalcitrantes, en fin aquellos que perseveran en sus posiciones retrógradas, están siendo preparados para esa larga noche. Reencarnaciones en ciudades de aspecto primitivo, rudo, en fase de evolución aún muy primaria. La aclimatación y adaptación a las condiciones de la nueva morada, exigirá un esfuerzo muy costoso. El proceso será realmente doloroso, si consideramos el nivel de avance moral de nuestro orbe, las facilidades de la moderna tecnología y de la vida que el hombre viene disfrutando en la posición de conquista de la naturaleza, en su aspecto forma. Privado de todo eso, tendrá el expatriado que recomenzar. Empezará por dominar a la naturaleza que será bastante inhóspita en ese orbe, incluso salvaje. Iniciar por establecer el orden y los principios de la civilización, donde predomina el instinto animal del principio vigente en las nuevas condiciones de la vida.
No obstante, todo eso podrá ser evitado si el hombre entendiese, aunque en los últimos momentos, que deberá procesar su reforma íntima, debe buscar los valores del espíritu y aceptar que es necesario controlar al animal, para que nazca el ángel.
Nubes densas, brumas, tempestades climáticas, suelo inhóspito, violencia, ausencia de recursos de todo tipo, serán los acicates que ese orbe usará para despertar los recalcitrantes, los presidiarios de la Ley. Sin embargo, esa Ley es la Ley del Amor, por paradoja que pueda parecer. La Ley quiere que crezcamos en espíritu, que evolucionemos, transformemos en realidad activa, aquello que potencialmente somos: seres perfectos.
Este alerta es justamente para que Uds. Hermanos, puedan comprender la gravedad de la hora que pasan. Una oportunidad de oro en que los minutos se cuentan como si fuesen siglos. Es necesario no dejar pasar esa preciosa oportunidad.
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